Como aficionado a la competición
de galgos en campo, quiero dejar constancia de una problemática surgida en
España hace tan solo un par de años y que nos preocupa mucho a todos los amantes
de este bello deporte. Se trata de la mixomatosis.
Esta enfermedad apareció en
España a mediados del siglo pasado, afectando de modo muy grave a la población
de conejos. En la liebre ibérica no hubo constancia de ningún caso. Con el
transcurso de los años la situación fue mejorando. Por un lado, se descubrió una
vacuna bastante efectiva para esta dolencia, cuya aplicación a los lepóridos se
podía hacer mediante su captura en las madrigueras. Por otro lado, los propios
conejos han ido desarrollando anticuerpos para combatir esta enfermedad. Actualmente la incidencia del mal
en los mencionados conejos es bastante reducida, causando poca mortandad en su
población. Sin embargo, este virus ha mutado y ha traído como consecuencia una
enfermedad de síntomas muy parecidos a la anterior, que ataca exclusivamente a
la liebre.
De momento no existe ninguna
vacuna y para el caso de que se llegara
a desarrollar para su aplicación a las liebres, sería complicado hacerlo,
dado los hábitos de conducta de este animal. La liebre es un lepórido que no
utiliza madrigueras, vive a la intemperie. No es un animal gregario, le gusta
más ser independiente. Esto supone un
serio problema para las crías que permanecen mucho tiempo solas y sin
protección ante los predadores. La aparición de esta enfermedad
en Junio de 2.018, supuso una importante reducción de la población de liebres,
debido a su elevada mortandad. En muchos lugares hubo que restringir la caza de
la liebre por el riesgo de desaparición de las mismas. La situación era
caótica.
La mencionada dolencia se
extendió de forma muy rápida por toda la península ibérica, de manera que en
dos años escasos ha llegado prácticamente a todos los puntos donde se cría
nuestro querido animal. Las estaciones en las que la enfermedad se propaga más
rápidamente, son la primavera y el verano, coincidiendo con la aparición de
mosquitos y garrapatas, principales vectores del virus.
Se ha podido observar, que en los
lugares donde apareció por primera vez la enfermedad (2.018), su impacto fue
muy fuerte y produjo una gran mortandad entre las liebres. Sin embargo, tras la
llegada de la segunda primavera (2.019) en lugares donde ya se padeció la
enfermedad, se vieron muy pocos animales enfermos. Esta circunstancia nos hace
ser algo más optimistas. Nos hace pensar, que la liebre, animal endurecido por
su modo de vida, puede hacerse resistente por sí misma a la enfermedad. Parece claro, que el primer brote
de la enfermedad en un lugar determinado causa estragos, pero el efecto de
dicha enfermedad es mucho menor en las siguientes ocasiones en que pudiera
aparecer.
En cualquier caso, estamos ante
la llegada de una nueva primavera, cuyos efectos podremos valorar en breve. Ojalá nuestra liebre ibérica se siga
haciendo resistente a la mixomatosis y podamos disfrutar de sus carreras
delante de nuestros galgos mucho tiempo.
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